Arriba de una gran colina había una pequeña casa de troncos, donde vivía una anciana, que ya había vivido de todo, y a bajo de esa colina había un pueblo donde habitaban muchas personas, y cuando querían información de algo subían a la colina y le preguntaban a la anciana, pero era un gran problema, porque la anciana aunque aún tenía su mente perfectamente clara, no quería decir nada de lo que sabía, y por eso las personas dejaron de visitarla. Pero hubo una niña que desde pequeña era bondadosa y buena, y siempre escuchaba las personas diciendo que la anciana era una bruja, y que por eso no quería decir sus experiencias, otros decían que era